viernes, 6 de septiembre de 2013

"Que burda y estúpida mentira me hice creer a mí misma.
Antaño creí supurar angustia por todos mis poros.
Antaño creí que mi vida no era más relevante que un puñado de ceniza

-¡El dolor no vive más que en nuestros sueños…! En nuestros miedos,
En nuestra prisa
por hacer huidiza la vida.
Ahora que hay alguien con la mano tendida y se vuelve sosegado el viaje,
la ventura sumisa,
entiendo que confundí al dolor con la brisa…
Y no era más que eso:
Burda mentira que me hice creer a mí misma.

Ahora veo que son falsas las heridas.
Del alma, pura pantomima.
No son más que cobarde refugio para almas abatidas;
si hay amor en nuestras vidas,
No existen las heridas."